18 Febrero 2010
Como padre de un niño con dificultades de aprendizaje, uno suele enfrentarse a gran cantidad de consejos y tratamientos terapéuticos profesionales bien intencionados que a menudo confunden más de lo que clarifican nuestras dudas. Los niños con dificultades para aprender son muy emocionales y con tantas opiniones antagónicas uno se pregunta:
¿en cuál debe uno confiar, y quién puede realmente ayudar a su hijo?
La dificultad en el aprendizaje puede tener su origen en diferentes factores, desde la dieta, el estrés y los desequilibrios químicos hasta problemas en la visión, el oído y la percepción. La gran pregunta no es “Cuál es el mejor diagnóstico”, y así ponerle una etiqueta al trastorno de su hijo, la verdadera pregunta es:
¿Qué puedo hacer para ayudar a mi hijo?
Pareciera ser que las modalidades de los tratamientos para los trastornos en el aprendizaje son elegidas al azar en el mejor de los casos, y la mayoría de los médicos se preocupan más por ponerle una etiqueta al niño que por brindar consejos simples y fáciles de poner en práctica.
De manera tal que, si usted tiene un hijo con problemas escolares, le daremos una excelente noticia: no es necesario gastar una fortuna para que su hijo sea etiquetado. No existe tampoco motivo alguno para suministrarle medicamentos tales como “Ritalin” o “Dexamfetamina”, y, lo mejor de todo, hay algo positivo que usted puede hacer.
Se ha trabajado con niños con dificultades de aprendizaje por más de 20 años y se ha visto cómo las modas van y vienen. Hace tiempo que se ha notado que la mayoría de los niños con dificultades para aprender presentan aptitudes visuales reducidas. Esto incluye dificultades en la coordinación y movimientos de los ojos, la visualización ortográfica, funciones motrices gruesas y finas, secuenciación, codificación y percepción derecha-izquierda.
Se ha arribado entonces a la siguiente conclusión: si entrenamos a los niños en estas destrezas y mejoramos sus aptitudes en estas áreas críticas, deberíamos notar un avance en la lectura, escritura y ortografía de los niños con dificultades en el aprendizaje.
La gran noticia entonces es la siguiente. Cuando se entrenan a los niños en estas habilidades básicas, pero muy importantes, cada niño que realiza los ejercicios mejora en algún punto. Esto no está en proceso de prueba, esta es la realidad y se puede apreciar todos los días. De la misma manera que asistir a prácticas de fútbol mejora las aptitudes como jugador, entrenar las aptitudes visuales mejora la lectura, escritura y ortografía.